Por Miguel Ángel Ferreiro
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Tras sucesivos desastres a principios del siglo XVIII (como el de Vigo de 1702) la flota de Felipe V se ve en clara desventaja, añadiendo a estas las necesidades de ultramar presentadas
por sus responsabilidades oceánicas.
El Rey se ve obligado a ceder rutas comerciales a
sus aliados franceses
a
cambio de protección y escolta a
la flota del tesoro
de
Indias muy necesaria en el momento. Aunque tengan este conveniente apoyo, la ausencia de una flota de guerra en
condiciones, propicia episodios tan nefastos como la toma de Menorca (1708) o
la de Gibraltar (1704) por los ingleses.
Los programas navales son – según
muchos historiadores sin continuidad e “improvisados”. En julio de 1705 se
publica el Reglamento
Nuevo de la Marina ,
con el que se trataba de reorganizar las plantillas de las unidades de la Armada.
Tres navíos de línea del siglo
XVIII, españoles en la obra: “Alas y rastreas” [Carlos Parrilla
Penagos]
En ese año, 1705,
se inicia una gran reforma en el gobierno, decretándose
a lo largo del año diferentes leyes por las que se
constituían,
entre otras, la Secretaría de Guerra y Hacienda. Aunque
la verdadera aparición
de las Secretarías se producirá por el decreto de 30 de noviembre de 1714 de “Nueva Planta de las Secretarías del Despacho”. En él se establecerán
cuatro Secretarías:
“Estado y negociación
de ministros y negocios extranjeros”
“Negocios eclesiásticos
justicia y jurisdicción”
“Guerra”
“Marina e Indias”
Al frente de estas secretarías figurará un Secretario de Estado que llevará el título de ministro.
Felipe V de Borbón
Y
entre tanto trabajo de despacho que no culminaría hasta el compendio de Reales Ordenanzas de Carlos III (1768) y tanta variación de Secretarías y asignación (o recorte) de recursos, los marinos de España de aquellos años, en las peores condiciones, se
convertirían en los mayores héroes de la historia de la Armada. Marinos que tratarán de recuperar el esplendor de otra era, a pesar de la centralización de esfuerzos, por parte del Borbón,
en la protección y conservación de la España penínsular.
El Reglamento Nuevo de la Marina de 1705, empezaba así:
«Por
cuanto los cortos medios con que de muchos años
a esta parte se halla mi Real Hacienda, han reducido a tan estrecha miseria
toda mi gente de Armada...»
Aquellos
héroes serán recordados por la historia; aunque entonces, muchos, caerían es desgracia... y otros en Trafalgar
Bandera utilizada en
Trafalgar (1805) [Museo del Ejército)
Blas de Lezo Olavarrieta
(Pasajes 1689 – Cartagena
de Indias 1741)
El
almirante por excelencia, el más duro, invicto e intrépido
militar del siglo XVIII – y quizás de la historia de la
Armada.
Ingresó con 15 años
en la Armada y
con
tan solo 23 años alcanza el empleo de capitán de navío. Con 25 ya estaba cojo VélezMálaga, 1704, tuerto Tolón, 1707, y manco Barcelona, 1714; eso sí: había ganado todas sus batallas.
Su
mayor batalla, hito de todos los combates del siglo XVIII, fue la victoriosa defensa de Cartagena de Indias (13
marzo al 20 de mayo de 1741). Con solo 6 barcos y menos de 3000 hombres,
defendió la plaza – considerada
“la
llave” de las Indias Españolas contra una flota de 180 buques y 24.000 soldados británicos.
Es la
mayor derrota naval de la historia de Inglaterra (aunque ellos, quizás, no lo saben ni lo quieren saber).
Enterrado
en 1741 en una tumba anónima, muere (el 7 de septiembre, tras “unas calenturas”) sin el reconocimiento merecido por la epopeya que dirigió; aunque más tarde, se le otorgaría a sus descendientes el Marquesado de
Ovieco.
Armadas Española
y Colombiana han honrado su memoria bautizando diferentes unidades con su
nombre, actualmente es la
Fragata de la Armada Española , F103 – Fragata “Blas de Lezo”– la que lleva su nombre.
Juan José Navarro
y Búfalo
(Mesina 1687 – Isla
de León, Cádiz 1772)
Más
conocido como el Marqués de la Victoria ; este
noble y marino fue el primer Capitán General de la Real Armada Española.
Erudito y polifacético,
estudió humanidades, filosofía
y matemáticas
mientras servía
en el Tercio Fijo Napolitano (desde los 8 años).
Fue
autor de numerosas obras de Teoría y Práctica naval, Geografía u Organización
de la Armada. Ejemplo
de sus publicaciones bien podría ser: “El
Capitán de Navío
de guerra instruido en las ciencias y obligaciones de su empleo”, publicado en Cádiz en 1725 y
dedicado a su amigo, el ministro José Patiño (luego resultó no
ser tan amigo pero eso es otra historia).
Obtiene
diversos mandos
operativos,
destacando el navío “San Fernando” (1729), el “Castilla” (1732) en la expedición a Orán. Sería a bordo del “Castilla”,
en esta navegación, dónde
coincide junto a un jovencísimo Jorge Juan (luego lo mentaremos, por supuesto) que
realizaba sus primeros días
de mar.
En
1740 ingresa como miembro de la Real
Academia Española. Volvería a las armas poco después, ya que en 1744, en pleno conflicto
contra Inglaterra acorrala frente a las costas de Toulón a una escuadra inglesa, muy superior en número, consiguiendo importantes ventajas
políticas
con este combate, fue por esto por lo que fue nombrado Marqués de la Victoria.
Sirvió,
casi, 80 años de servicio activo;
participando en 50 batallas y 5 sitios.
Jorge Juan
(Novelda, Alicante 1713 – Madrid 1773)
Primero
marino y luego sabio.
Humanista,
científico,
embajador, espía,
cosmólogo, geógrafo, matemático e ingeniero naval y
seguro que hasta cocinaba bien el tío. Midió la longitud del meridiano terrestre (junto a Ulloa), demostrando que el planeta está achatado
en
los polos.
En
marzo de 1749,
Jorge Juan fue enviado
a Londres bajo
el seudónimo
de Mr. Josues, por
orden del Marqués
de la Ensenada ,
para obtener
información acerca de todo lo relacionado con la construcción naval británica, y contratar para el Imperio Español
a los mejores expertos y recopiló a 50 en total.
Como
curiosidad, cabe contar, que las novedades que enviaba a
Ensenada las realizaba en cartas clave con un código numérico,
muy de película
de espionaje.
Miembro
de numerosas academias, nacionales y extranjeras – su
faceta de espía
industrial no le supuso impedimento alguno para ser miembro, como lo fue Ulloa,
de la Royal Society de Londres. Junto al propio
Ulloa, es uno
de los más sabios marinos ilustrados,
contribuyendo a reformar la
Armada , tanto en su faceta de director de la Escuela Naval , como
con sus tratados de construcción naval.
Fue
este marino el que realizará una petición al rey Carlos III para la fundación del Real Observatorio Astronómico de Madrid.
Jorge Juan sería
indispensable para todos los monarcas bajo los que sirvió.
Cada 5 de enero la ciudad de Novelda
le tributa un homenaje por su nacimiento, junto a la estatua de bronce que le
recuerda en la Plaça Vella , en frente del
Ayuntamiento. En este acto se interpreta el Himno a Jorge Juan del maestro J. Gomis.
Zenón de Somodevilla y Bengoechea
(Alesanco, Logroño 1702 – Medina del Campo 1781)
El
Marqués de la Ensenada. Artífice
de la recuperación
naval española.
Caballero del Toisón
de Oro y de la Orden
de Malta. Consejero
de Estado durante tres reinados, los de Felipe V, Fernando VI y Carlos III.
Su
carácter,
actitud y sobretodo, aptitudes, hicieron que ascendiera rápidamente de simple oficial de la Secretaría
de Marina a la jefatura de
las nuevas Secretarías – que al inicio del artículo mencionábamos de Estado, Hacienda, Marina, Guerra e Indias.
Reorganizó la
Armada , creando los departamentos marítimos, astilleros y arsenales; se incentivó la producción de madera en el país, así como de cualquier materia prima necesaria para la construcción naval.
Nuevo
modelo de Hacienda en 1749 basado en el impuesto único
del catastro (catastro de Ensenada), aunque no pudo aplicarlo por la
oposición
de la nobleza. Abolición de impuestos innecesarios
y creación de subvenciones y otras tipologías arancelarias.
Mejoras en infraestructuras,
como la carretera entre
Madrid y Segovia, o las de los puertos de Barcelona y de de Mallorca.
Creación de fábricas de jarcia y lona, del Colegio de
Cirujanos de Cádiz, impresión
de códices en árabe o griego, un proyecto sobre la
creación de un archivo histórico
en Madrid,
Lucha contra la corrupción del comercio colonial.
A fin de disminuir el fraude e incrementaron los ingresos. En los reinos de la
península
se liberaliza el comercio.
El marqués
ya comentó en varias ocasiones:
“Las
monarquías
bien gobernadas cuidan con preferencia a todo del Real Erario y de que todos
los vasallos no sean pobres”.
Vicente Tofiño San Miguel
(Cádiz 1732 – San Fernando 1795)
Científico, geógrafo, astrónomo y maestro de guardiamarinas llamado
por Jorge Juan a tal efecto.
Miembro
de la Academia de la Historia y de Ciencia de
París y Lisboa, así como de diversas sociedades de Amigos
del País.
Fue nombrado director del Observatorio de San Fernando creado
(también)
por Jorge Juan.
Uno
de sus mayores trabajos, ordenado por Carlos III, fue el de la creación de un Atlas Marítimo de España, que puede considerarse como el punto de partida de la actual cartografía.
Participó en la expedición contra Argel (1773), sitio de
Gibraltar (1782).
Como
curiosidad, un discípulo
suyo, Juan
Francisco de la Bodega
y Quadra,
que navegó por las costas de Canadá fundó una ciudad en la costa este a la que bautizó con el nombre de Tofiño (Tofino, por no usar “Ñ”).
Antonio de Ulloa y de la Torre
(Sevilla 1716 – Isla de León, Cádiz 1795)
Apellido que no se puede separar de su
colega Jorge Juan, con quién compartió expediciones y trabajos, fue un
gran militar e insigne científico.
En
las ciencias en las que destacó dejó huella. En geografía, una isla de la costa chilena lleva su nombre; en astronomía, aparece en los mapas lunares; y en química, aún se conserva el nombre que el propio marino dio a un elemento: el platino.
Con
Jorge Juan, publicaría un libro cuya edición
fue prohibida
por el gobierno de Fernando VI: Noticias Secretas de América, sobre el estado naval, militar y
político del Perú y provincia de Quito; que sería impreso en Londres póstumamente durante el siglo XIX.
La
censura no era algo nuevo para Ulloa, ya que
otros manuscritos sufrieron tijeretazos, aunque se conservan muchos de los originales en el Archivo de Simancas.
Antonio Barceló
(Palma de Mallorca 1717 – Palma de Mallorca 1797)
“Afortunado marino”.
Esa
es la frase que mejor define a este mallorquín. Hombre inteligente, aunque sin estudios como muchos de
sus “cursos”,
fue capaz de llegar por méritos de guerra, de marinero de cubierta a los más altos galones –almirante– de
la Real Armada.
En
1748 los piratas berberiscos apresaron un
jabeque español
con 200 pasajeros. Fernando VI ordenó armar en Mallorca otros cuatro,
poniendo al mando a Antonio Barceló, ascendido a tal efecto a teniente de
fragata para que esto no ocurriera más.
Con
sus “patrulleras” defendió las costas del levante español, y jamás dudó en poner proa al enemigo,
estuviera en inferioridad numérica
o la mar no fuese a su favor. Se convirtió en el terror de los piratas berberiscos, apresando o echando a pique más naves rivales que ningún otro comandante.
Participó en las campañas de Argel, Tánger y en el asedio a Gibraltar,
para el cual diseñó unas lanchas cañoneras, armadas con obuses, que utilizó en el combate.
Barceló, hombre sencillo y de pueblo llano, que no gustaba del “guante blanco”,
fue objeto
de desprecio por parte de los oficiales formados en las academias de
guardiamarinas.
Los
comentarios sobre su persona, su sordera y su cuestionada capacidad para
el mando llegaron a oídos
del rey, que envió al duque de Crillon para realizar un informe acerca de las capacidades del ya viejo almirante.
Pero cuando el duque conoció a Barceló, envió una carta al ministro Floridablanca reafirmando la leyenda de Barceló y elogiando sus capacidades como mando, desmintiendo las habladurías que sobre él se vertían.
Cosme Damián Churruca y Elorza
(Motrico, Guipúzcoa 1761 – Aguas
de Trafalgar 1805)
Héroe
y marino ilustrado.
Siendo teniente de navío se le nombró responsable de la parte geográfica y astronómica en la expedición al Estrecho de Magallanes de 1788,
que zarpó de Cádiz comandada por Antonio
de Córdova
y Lasso de la Vega. Cartografió toda la zona del estrecho y bautizó una ensenada con su nombre.
Como astrónomo, alcanzó un
puesto de agregado tras esta expedición
en el Observatorio de la Marina
en San Fernando, en 1789.
Zarparía, en 1792,
al mando de una expedición científica
a América del Norte,
en la cuál cartografió la costa norteamericana y realizó un gran número de cartas astronómicas.
Era el comandante del “San Juan Nepomuceno” en la negra fecha de Trafalgar; batalla en la que perdió una pierna y negó la
rendición del buque hasta morir desangrado. En
el momento de la muerte del comandante Cosme, el navío fue capturado por los ingleses, que lo usaron como
pontón en Gibraltar hasta 1818. Cuentan que se
colocó una placa con el nombre grabado en
oro del marino, en la cámara del comandante del San Juan, que él mismo había ocupado; y él que en ella entraba, se quitaba el
sombrero como muestra de respeto al fiero enemigo.
Alessandro Malaspina
(Mulazzo, ducado de Parma – Pontremoli,
Milanesado 1809)
Noble
y marino italiano al servicio de España.
Tras
una brillante carrera como brigadier de la Armada , propuso al rey realizar la más completa e impensable expedición científica llevada a cabo en toda la
historia.
Nace así el proyecto, que junto a José de Bustamante,
les llevará a dar la vuelta al mundo entre los años 1789 y 1793.
La
expedición MalaspinaBustamante pasará a
los cuadernos de historia con el nombre de: Expedición Malaspina. En esta expedición participarían otros importantes marinos, como Dionisio Alcalá Galiano.
En
1794, entrega el diario del viaje al ministro Godoy, el cuál, al leer todas las críticas
hacia al estado y mala administración de las colonias,
lo manda encarcelar
y
requisa toda la documentación
del viaje. Casi 100 años después,
el teniente de navío Pedro Novo y Colson,
recopilaría
de nuevo los documentos y los publica en 1885.
Malaspina fue desterrado en 1802,
debido a presiones de Napoleón
para su excarcelación.
El Italiano regresó a su localidad natal, donde se dedicó a la política
y participaría
en la transformación
de la República Cisalpina en la primera
República
de Italia.
Dionisio Alcalá Galiano
(Cabra, Córdoba 1760 – Aguas de Trafalgar 1805)
“Alcanzó la gloria” junto a Churruca, en Trafalgar.
Con Tofiño cartografió la costa española (17841785)
y la zona de las Azores (1789) por
comisión portuguesa;
con Antonio
de Córdova y Lasso de la Vega viajó al Estrecho de Magallanes (17851786); con Malaspina y Bustamante se embarcó en la
Expedición Malaspina (17891794.
En todos estos viajes ejerció de
geógrafo
y astrónomo, utilizando métodos revolucionarios y creando su
propia metodología para calcular posiciones con el sol
y los astros.
Como militar, una de sus grandes proezas fue la de burlar un bloqueo inglés en Cádiz y llegar a Cartagena de Indias en 28 días para recaudar caudales de forma urgente. La maniobra remató cuando regresó con la recaudación –siete
millones de duros y diversos productos coloniales– al
mando de una escuadra formada por cinco buques con los que tuvo que efectuar maniobras evasivas,
ya que fueron perseguidos
desde
su salida de América
por buques enemigos. Consiguió entrar en Santoña con
todo el cargamento a salvo.
A pesar de que Galiano no contaba con
mando en ninguno de los buques alistados para combatir al inglés, solicitó al Príncipe de la Paz
embarque de manera inmediata. Se le asignó el navío “Glorioso”, aunque tras unas permutas terminaría mandando el “Bahamas” en el combate. Un buque con casi 700 hombres de dotación en el que, al igual que Churruca,
encontró la muerte tras ser alcanzado por una
bala de cañón, junto a otros 75 marineros
Nos faltan muchos grandes de
aquella Armada Ilustrada –Gravina,
Escaño,
Hidalgo de Cisneros... el propio
Bustamante,pero estos diez son los que a
nuestro entender más
huella han impreso y más alto han dejado el pabellón de nuestra marina.
Aquella Armada que crearon con
su ingenio y coraje duró apenas
100 años, pero dejó un espíritu y un saber hacer en nuestras escuelas
navales (Marín,
San Fernando, Ferrol actualmente Vigo y Cartagena en otros tiempos), que permanece presente hoy
en día.
Esperemos que permanezcan en nuestro recuerdo por
mucho tiempo. Porque eso quisieron ellos, dejar siempre un
destello de su gloria en nuestras memorias.
Webgrafía:
Las Reformas Borbónicas y su documentación Blas de Lezo, la exposición
Oronoz (imagen bandera)
Bibliografía:
“Reglamento Nuevo de la
Marina ”,
1 de julio de 1705
“Galeria biografica de los generales de marina, jefes y personajes
notables que figuraron en la misma corporacion desde 1700 á 1868: AF”; Francisco de Paula Pavía y Pavía (enero de 1873) .
Por Miguel Ángel Ferreiro
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